Los atardeceres en Piriápolis son algo hermoso...y sentarte en la arena, mirar como el sol se oculta, y disfrutar de la brisa que cae junto con la tarde, deben ser algunos de los placeres de éste lugar.
Despues de un largo viaje, me acerqué al mar...poca gente y mucha calma...algo que necesitaba mucho...si bien Piriápolis es una ciudad llena de movimiento a veces es importante disfturar de la paz...
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